La defensa personal policial en protección de personalidades. –Escolta Privado

jueves, 10 junio , 2021


La defensa personal policial en protección de personalidades. –Escolta Privado

Las técnicas de defensa personal aplicables al campo de protección a personalidades tienen unas características peculiares, ya que no solo, debemos protegernos nosotros de la agresión, sino que se ha de proteger la vida a terceras personas e incluso evitar que estas sean secuestradas y todo ello ha de realizarse de forma instintiva y muy rápida ya que de ello dependerá la vida. Por lo que en este tipo de situaciones se hace imprescindible, no solo tener conocimientos en técnicas de autodefensa, sino que es necesario realizar entrenamiento de forma periódica para mantener de alguna manera los reflejos y la velocidad en la aplicación de todas las técnicas asimiladas.

En los cursos a personal adscrito a unidades de protección se hace hincapié en una serie de ejercicios de autodefensa encaminados principalmente al primer círculo de seguridad, en lo que se refiere a la protección y evacuación VIP y ofrecer una serie de técnicas adaptadas a diferentes tipos de agresiones en sus diferentes ángulos.

Las agresiones pueden ir dirigidas a el escolta o y al protegido, desde cualquier ángulo, e incluso se puede simular una primera agresión para distraer la atención para seguidamente un segundo grupo intente un secuestro, con el consiguiente peligro que ello conlleva para el escolta ya que lo que se intentará será eliminarlo para llevar a cabo su misión.

Las agresiones podemos dividirlas en:

 Agresiones a manos desnudas (golpes, agarres.

 Agresiones con objetos contundentes.

 Agresiones con arma blanca.

 Agresiones con arma de fuego a larga y corta distancia.

Las técnicas de protección en una cápsula de seguridad dependerán del número de escoltas, si es uno solo, del dependerá de alguna manera el repeler la agresión a la vez que protege y evacua al VIP, pero si nos encontramos con cápsulas de más de un escolta lo importante será la coordinación entre ellos ya que todos deben actuar al unísono y cada uno desempeñara una función en concreto ante una agresión.

El escolta debe tener conocimiento de la existencia de armas camufladas en objetos que en primera instancia parecen inofensivos, pues de esta forma puede de alguna manera prevenir situaciones de riesgo. La variedad de este tipo de armas, hace imprescindible que el escolta se actualice de forma periódica.

En el presente manual le vamos a facilitar las fotos de algunas de ellas, para que se puedan hacer una idea de la gran variedad existente.

De la misma manera en el mercado existe gran cantidad de material para la auto protección, como pueden ser los chalecos balísticos, maletas balísticas, portafolios balísticos, spray de autodefensa, Kubotán policial, navajas policiales, etc.

Los chalecos balísticos:

En el mercado actual hay gran cantidad de marcas y modelos de chalecos balísticos, elegir un chaleco adecuado al servicio que se ha de realizar se deberán tener en cuenta varias cuestiones como el nivel de protección, peso, comodidad y material de composición.

En lo que a un servicio de escolta se refiere, el chaleco a de ser ligero y de Interior, con el máximo nivel de protección posible y que permita realizar movimientos rápidos y precisos.

También en el mercado podemos encontrar maletines balísticos y portafolios que en un momento

dado puede hacer de escudo protector ante una agresión con arma de fuego Armas de Armas de fuego y su portabilidad:

Se recomienda que sean armas de 9 Mm. parabelum semiautomáticas de doble acción con gran

capacidad en sus cargadores, al ser posible que carezcan de aristas que puedan engancharse entre las ropas a la hora de desenfundar.

La forma de portar este tipo de armas será en la cintura en el lateral derecha si el escolta es diestro, con una funda sin ningún tipo de seguro que nos impida el desenfunde rápido en caso de necesidad (nunca en un primer círculo el escolta portara el arma en una funda sobaquera, riñonera o en la cintura a su espalda) excepción de escolta conductor que a de portarla delante en su cintura y con desenfunde cruzado para que sentado desde el coche pueda desenfundar rápidamente en caso de necesidad.

Cuando se trabaja con chaqueta es recomendable colocar algo de peso en el interior del bolsillo de la chaqueta donde cubre el arma con el objeto de que sirva para facilitar la apertura de la chaqueta a la hora de extraer el arma con rapidez.

Armas No Letales

Estos dispositivos buscan inhabilitar al individuo por medios que no causen su muerte, de tal manera que puedan ser capturados.

La proliferación de armas no letales en los países desarrollados está llevando a nuevos niveles de ingenio técnico para generar miedo y dolor sin dejar secuelas. Parece ser que, de alguna forma, si no se pueden ver las consecuencias del uso de esas técnicas, estas resultan más aceptables para la población.

Las armas no letales se han utilizado desde hace años tanto para el control de masas como para

reducir a individuos. La idea detrás de estas armas es conseguir controlar a un individuo o una masa de personas que se niega a someterse a la ley. Sin embargo, a menudo generan problemas, bien sea por abuso de fuerza, o bien porque sean usadas para reprimir a la población en regímenes dictatoriales.

Resulta asombroso como han «mejorado» estas armas en los diferentes campos:

Armas de impacto

A pesar de que el arma de impacto más extendida sigue siendo la porra, esta ocasiona todos los

problemas típicos de este tipo de armas como las marcas o el peligro de dañar órganos internos, y además es muy limitada tanto por su corto alcance como por depender de la fuerza del policía.

En la actualidad, cada vez son más comunes en manifestaciones el uso de balas de goma, o pelotas de goma. Estos proyectiles son no letales en la mayoría de los casos, si bien pueden llegar a serlo dependiendo del lugar de impacto y de la víctima. Además, dejan marcas, y pueden provocar lesiones aparatosas si impactan en ojos, boca o otros puntos débiles. Aun así, su alcance y efectividad (tras un impacto normalmente se necesita asistencia médica) las han popularizado. Técnicamente, han evolucionado mucho, y ahora mismo hay auténticas ametralladoras

Otra de las armas populares en la actualidad son los cañones de agua. Estos no suelen dejar marcas y son efectivos para poner en huida a las masas. Sin embargo, no incapacitan, lo que significa que permiten reagruparse, dificultan detenciones, y además en televisión resultan muy aparatosos, por lo que suelen ser un último recurso.

Armas químicas

Las armas químicas tienen la ventaja de no causar moratones, son efectivas para poner a la masa en huida, y además suelen incapacitar a la gente. La más popular es sin lugar a dudas el gas lacrimógeno, usado con frecuencia en las manifestaciones. Este gas suele incapacitar en breve y provocar huidas, aunque sigue teniendo el problema de la aparatosidad en televisión.

Otros gases usados son el gas CS (C10H5ClN2) que se supone que es más efectivo pues además de lágrimas suele provocar vómitos e incapacidad para moverse, el spray de pimienta, u otros gases que se caracterizan por atacar el sistema olfativo típicamente inmovilizando a la víctima.

Un arma química distinta, y de momento menos popular es la espuma pegajosa. Se trata de un compuesto químico que se dispara con pistolas a presión, se adhiere a la piel y se solidifica impidiendo el movimiento del individuo. Aunque la espuma no es tóxica, su limpieza requiere de agentes corrosivos, lo que ha hecho que no se extienda su uso.

Armas sónicas

Se tratan de una primera evolución de las armas de impacto, y fueron las primeras en explotar una nueva tendencia: crear dolor sin marcas. En esta categoría, una de las que se ha extendido es el uso de emisores de sonidos direccionales de alta potencia. Estos emiten un tono agudo que causa un dolor intenso en los tímpanos. El problema de este tipo de armas es que en el pánico puede ser complicado identificar la fuente del ruido, y por tanto huir en la dirección correcta.

Armas electromagnéticas

Estas se han popularizado en los últimos años, y en la actualidad la policía estadounidense hace

uso intensivo de las mismas para la detención de individuos.

La más famosa son sin duda los «tasers». Se tratan de dispositivos, normalmente alimentados por una pila, que transforman el voltaje de la misma para someter a la víctima a muy altas tensiones (entre 50.0000 voltios y 1 millón de voltios) y bajas corrientes (pocos miliamperios). Los elevados voltajes producen contracciones incontroladas de todos los músculos del cuerpo, y típicamente incapacitan a la víctima para moverse por unos minutos, por lo que son utilizados para incapacitar a detenidos que se resisten sin dejarles marcas visibles. Normalmente este shock no es letal, si bien esto depende de la víctima, y desde junio del 2001 más de 150 personas han muerto por el uso de estas armas.

La evolución de los tasers son los electrolasers. Estas armas no se usan en la actualidad contra civiles, y en la mayoría de los casos son letales, pero su funcionamiento es realmente curioso: un láser de gran potencia ioniza el aire entre el arma y la víctima, y entonces se manda a través de ese canal de plasma una descarga eléctrica que o bien inmoviliza, o bien mata a la víctima.

Finalmente, los últimos avances en armas no letales son los denominados Active Denial System. Esta arma, desarrollada por Raytheon consiste en un emisor de microondas en frecuencias milimétricas (entorno a los 95GHz) de gran potencia. Aparentemente, estas ondas penetran menos de un milímetro en la piel y excitan las moléculas de agua. Esta excitación dispara los sensores de dolor del cuerpo produciendo un dolor insoportable sin que se produzca daño celular. Parece ser que cuando el rayo cesa, el dolor desaparece.

En la actualidad se planea usar este tipo de armas para controlar a las masas en países en guerra como Iraq. Este tipo de armas tienen un alcance de cientos de metros, incapacitan de inmediato, y causan pánico provocando la huida. Además, no dejan ninguna marca, y no son aparatosas en televisión como las armas químicas. Todo lo que alguien que quiera controlar una masa puede desear de un arma no letal.

Las armas no letales se han convertido en un elemento indispensable dentro del equipamiento defensivo de las fuerzas de seguridad. El principal objetivo de estas armas es incapacitar o inmovilizar al oponente, sin necesidad de herirle o producirle ningún tipo de lesión.

A pesar de que muchas de ellas utilizan para su funcionamiento las más novedosas tecnologías, las armas no letales no pueden considerarse como algo totalmente novedoso. Y es que las primeras referencias oficiales de estas armas se remontan a los primeros años de la década de 1970. En aquella época, concretamente en el año 1972, la estadounidense NSF (National Science Foundation o Fundación Nacional de la Ciencia) emitió un informe público en el que daba a conocer a la sociedad un total de 34 tipos de armas no letales distintas. Aquel primer catálogo contenía armas químicas, munición plástica, pistolas eléctricas, aturdidores acústicos y luminosos… en definitiva, un amplio abanico armamentístico cuya característica común era su aparente no letalidad.

Uno de los rincones del mundo donde más ha proliferado el uso de este armamento no letal es Estados Unidos. Para el Departamento de Defensa del país norteamericano, las armas no letales son aquellas que han sido específicamente diseñadas para incapacitar a una persona o a un elemento material, al mismo tiempo que su uso minimiza las muertes, las lesiones permanentes y los daños no deseados tanto a las personas, como a las propiedades y al medio ambiente.

En un principio, el uso de todas estas armas estaba exclusivamente limitado a misiones de carácter militar. Poco después, su campo de actuación fue abriéndose paulatinamente y el empleo de este tipo de armas no letales llegó hasta los cuerpos policiales y las fuerzas de seguridad. Y han sido precisamente estas últimas unidades las que, hasta el momento, más se han beneficiado de las ventajas de estos dispositivos. Así, en esta línea cabe destacar el uso por parte de policías y vigilantes de seguridad de elementos tan importantes como las porras, los Taser, o las balas de goma.

Sin embargo, con el paso del tiempo, el uso de estas armas no letales, reducido en principio a militares y cuerpos de seguridad, se ha ido ampliando a otros menesteres. Concretamente, en los últimos años algunas de estas armas se han comenzado a utilizar como elementos de autodefensa. Es el caso de los Taser y, sobre todo, de los rociadores de gases lacrimógenos. El empleo de estas armas por parte de la sociedad civil está prohibido en algunos países (como en España), aunque en algunas otras naciones su uso está más que extendido. En el primer caso, el de las defensas eléctricas, destaca la presencia del Tasser. Esta compañía estadounidense comercializa diversos productos que son capaces de descargar una cantidad de electricidad significativa en el cuerpo del oponente/atacante. Uno de sus productos más destacados es el “Air Tasser”, una especie de pistola eléctrica que lanza dos dardos contra el oponente y cuya carga eléctrica es capaz de paralizarlo inmediatamente.

El otro dispositivo característico de estas armas no letales es el gas lacrimógeno. Este gas puede

presentarse de múltiples formas: dentro de un lata o aerosol, en un anillo, en el interior de un bolígrafo… sea cual sea su forma, en todos los casos su función siempre es la misma: detener al agresor/oponente mediante un rocío continuo. Generalmente, este gas lacrimógeno suele estar impregnado de capsaicina, un elemento químico irritante que provoca asfixia, ceguera, tos y estornudos en la persona que se ve expuesta a su contacto directo.

Aparte de las pistolas eléctricas (tipo Taser) y los espráis de gases lacrimógenos, existen otras armas no letales menos populares, pero con el mismo o superior nivel de sofisticación y eficacia. Se trata, por ejemplo, de pistolas aturdidoras capaces de disparar un rayo ultravioleta con carga eléctrica de 100 hercios que paraliza a un individuo a una distancia aproximada de 10 metros.

Menos discretos, aunque con resultados similares, son los micro dispositivos acústicos que emiten sonidos por encima de los 130 decibelios, la barrera que marca el límite del dolor del oído humano. En esta misma línea se encuentran unas armas que disparan una espuma pegajosa capaz de inmovilizar al agresor y dejarlo “clavado” en el suelo.

En todo caso, y a pesar de su incuestionable atractivo, el uso de estas armas no letales está realmente muy limitado. Concretamente, en España, la tenencia, transporte y uso de todas estas armas está prohibido a la sociedad civil.

Según el actual Reglamento de Armas, sólo los funcionarios públicos especialmente habilitados podrán hacer uso de los sprays de defensa personal y todas aquellas armas que despidan gases o aerosoles, así como cualquier dispositivo que comprenda mecanismos capaces de proyectar sustancialmente estupefacientes, tóxicas o corrosivas. El mismo Reglamento español también prohíbe el uso de defensas eléctricas, de goma, tonfas o similares a la sociedad civil.

Por otra parte, la legislación internacional también prohíbe el uso de pistolas láser capaces de quemar la retina del oponente a un kilómetro de distancia.

Escopeta con munición de letalidad reducida

Munición no letal

Existe gran variedad de municiones no letales, y creadas con fines diversos.

El concepto no letal fue establecido en los Estados Unidos y en Europa en el inicio de la década de 90. Según el Departamento de Defensa de los EUA, “armas no letales son aquellas específicamente proyectadas y empleadas para incapacitar personal o material, al mismo tiempo que minimizan muertes y heridas permanentes, daños indeseables a la propiedad y compromiso del medio ambiente.”

Las armas no letales tienen amplia utilización en el control de disturbios de toda orden, inclusive en el caso de rebeliones en el sistema carcelario, en operaciones especiales, en la vigilancia policial ostensiva y en el caso de graves problemas públicos.

No letal significa que no están diseñadas para provocar heridas mortales en las personas. Un uso inapropiado de «municiones no letales» puede producir la muerte o daños graves: una bengala disparada contra una persona, una pelota de goma a corta distancia contra la cara, lacrimógenos en sitios cerrados.

Distinguimos los siguientes tipos:

 Munición de señales: Iluminación – bengalas

 Fumígenos – lacrimógenos – otros tipos químicos

 Munición inmovilizante – antidisturbios

 Inmovilizantes eléctricos (Taser)

Existen varios tipos de cartuchos y armas más o menos convencionales capaces de amedrentar o incapacitar a un atacante. Un ejemplo son los 9×22 P.A. Rubber que se utilizan con pistolas idénticas a las ordinarias (pero que tienen el cañón con estrechamientos para impedir el uso de munición no elástica).

Pero hay otras vías. Por ejemplo, la pistola OSA (siglas de Orujiye samooborony o arma de autodefensa-OCA en cirílico) PB-4. Es un arma peculiar, sin cañón, que lleva 4 cartuchos calibre 18×45 en cuatro recámaras independientes. Se carga como un Derringer, basculando todo el conjunto de recámaras. La ignición es eléctrica, y lleva un sistema electrónico que comprueba que se esté presionando efectivamente el gatillo, que el cartucho esté en la recámara, sea correcto y además verifica que el disparo se ha realizado o dispara otro cartucho. Con ello puede prescindirse de seguros mecánicos convencionales. No lleva pilas sino un generador electromagnético.

Además del cartucho «Trauma» de goma (18×45 T), hay munición de señales (18×45 S), iluminante (proyectil cohete, 18×45 O), y aturdidora (Flash-Bang, 18x45SZ, que produce mucha luz y ruido para aturdir al atacante) La bala es una pieza de goma de 15.5mm de diámetro y disparado a más de 1 metro y menos de 10 de distancia puede incapacitar a cualquier asaltante con un riesgo reducido de causar daños graves.

También se fabrica una versión mas potente de este cartucho, 18x70mm, sólo para uso de las fuerzas de orden. Su alcance eficaz aumenta hasta los 50 metros.

Bengalas de señalización: Estos cartuchos son contenedores de aluminio abiertos por la parte superior, (donde está el artificio pirotécnico en sí) y un importante estrechamiento roscado en la parte inferior. En el centro de la parte roscada hay un cartucho de fogueo de percusión anular o lo que parece un pistón de

fuego central. En cualquier caso, la bengala se enrosca en el artificio lanzador. Éste no es más que un mango para sujetarlo con seguridad, un muelle y una aguja percutora. AITOR fabricaba cuchillos de supervivencia preparados para disparar estas bengalas. Hay bengalas de varias medidas.

Lanzador de bengalas reutilizable: Igual que los anteriores, con el mismo paso de rosca, pero mayor diámetro y construido en acero grueso pintado. Por su extrema robustez podría ser un acoplamiento lanzador al que se le substituirían el pistón y la bengala tras cada disparo.

Munición de propulsión externa y señales estáticas: A algunas armas (fusiles, escopetas e incluso pistolas) diseñadas para uso policial-militar se les puede acoplar una bocacha lanzadora de artificios variados.

Generalmente es una pieza de acero con forma parecida a un embudo. La parte estrecha se rosca en el cañón del arma y por la parte gruesa se introduce el objeto a lanzar. La propulsión la proporciona un cartucho de fogueo, salvas ó propulsión sin bala. Algunos tipos especiales de granada -nunca no letalesson propulsados por cartuchos completos con bala. Existe un segundo tipo, que no necesita bocachas. En este caso, el artificio a lanzar lleva una varilla subcalibrada que se introduce por el cañón y cumple la doble misión de sujetar el artificio y recibir el empuje de los gases. Sin embargo, su uso es exclusivamente como propulsión de granadas, no conozco casos de artificios no letales con este tipo de propulsión. Aún hay un tercer caso, y son las granadas de fusil modernas con la cola hueca. Se introduce el cañón del arma dentro de la cola en vez de la cola en el cañón Cartucho de señales de 19 mm – 3/4 » / 19 x 36 mm: Cartucho totalmente de aluminio. Diámetro:19.2 mm, longitud de la «vaina»: 33.4mm, longitud total: 36.8 mm.

Está constituido por un culote de aluminio y un cuerpo que incluye un abombamiento como una falsa bala también en aluminio. Al parecer sólo se utilizan en la «HK Emergency Flare Kit», una especie de pistola automática casi sin cañón y diseñada para lanzar estas pequeñas bengalas. El cargador tiene capacidad para cinco cartuchos. Se fabrican bengalas en color

blanco, rojo y verde. Además de las inscripciones y un punto de color en la punta o en el pistón se distinguen por las muescas radiales en la punta. Cuatro para el verde, tres para el blanco ninguna para el rojo.

EL BASTÓN EXTENSIBLE

El Bastón Extensible es conocido en Japón desde el año 1961, cuando fue creado como arma auxiliar de la policía japonesa.

Estuvo bajo estudio aproximadamente durante 5 años hasta que fue entregado como dotación a los oficiales de los grupos especiales.

En su primer diseño la apertura era mecánica, aunque debido a la gran cantidad de averías que

esto suponía, se creó un bastón extensible telescópico que se extendía con un movimiento seco.

En posición plegada resulta efectivo en la aplicación de técnicas de presión en los Kyushos, así

como que resulta más cómodo de transportar y una mayor discreción y portabilidad.

Las armas no letales no son nada nuevo. En 1972 la Fundación Nacional de las Ciencias de Estados Unidos publicó un informe sobre armas no letales en el que en numeró 34 armamentos distintos, incluyendo armas químicas, chorros de agua electrificada, combinaciones de luz y sonido para desorientar personas, ondas subsónicas, fusiles que disparan jeringuillas cargadas de sedantes, pociones malolientes para dispersar multitudes, sustancias resbaladizas que convierten superficies pavimentadas o de concreto en áreas inaccesibles, etcétera.

En esa década, la British Society for Social Responsibility in Science advertía sobre el desarrollo de nuevas tecnologías de represión. En 1977 publicó The Technology of Political Control, un informe dedicado a analizar y advertir acerca de una nueva categoría de tecnologías cuyo propósito es mantener el control social y político, que incluyen desde el monitoreo de disidentes y el control de multitudes hasta tecnologías de interrogatorio y métodos de doblegar a prisioneros.

Desde la publicación de estos dos informes, se han hecho realidad toda una gama de armamentos no letales, como por ejemplo: escudos y batones con cargas eléctricas, químicos que irritan la piel, balas de plástico y goma, y jeringuillas disparadas por aire comprimido.

Balas de plástico y goma

Aún si no matan, estas armas pueden cegar, herir seriamente y/o desfigurar a sus víctimas.

Tomemos el caso de las balas de plástico, originalmente inventadas por los ingleses para disciplinar a los nativos de sus colonias en Hong Kong y otras partes de Asia. Para las autoridades inglesas, las balas de plástico eran demasiado terribles para usar contra los propios ingleses, pero cambió de parecer en 1985, cuando las comenzó a distribuir a sus fuerzas policiales. Ahora se usan en Estados Unidos, Argentina, Sudáfrica, Israel y China.

¿Cumplen las balas no letales de plástico o de goma alguna función humanitaria? En 1972 un grupo de cirujanos de Belfast, Irlanda del Norte reportó que de 90 pacientes que buscaron ayuda médica después de ser impactados por balas de goma, 41 necesitaron ser hospitalizados. Las heridas incluyeron: tres cráneos fracturados, 32 fracturas de la nariz, quijada y otras partes de la cara, ocho ojos lacerados resultando todos en ceguera), tres casos de daño severo al cerebro, siete casos de pulmones heridos, y un caso de daño al hígado, bazo e intestino. En resumen: una muerte, dos personas ciegas de ambos ojos, cinco con severa pérdida de visión en un ojo, y cuatro con sus caras severamente desfiguradas.

En respuesta al repudio moral causado por las balas de goma, las fuerzas inglesas cambiaron a

balas de plástico en Irlanda del Norte para 1975. Pero en 1983 el periódico inglés Lancet reportó que las balas plásticas son peores aún que las de goma, que hacen más daño al cráneo y cerebro y causan más muertes.

Armas químicas

Nos referimos al gas pimienta, cuyo uso es prohibido en la guerra por la Convención contra Armas Biológicas y Tóxicas de 1972, pero permitido para usos de seguridad interna.

Exposición a gas pimienta puede provocar una ceguera que dura de 15 a 30 minutos, una quemazón en la piel por 45 a 60 minutos, y espasmos que causan tos incontrolable que hace difícil hablar o respirar por 3 a 15 minutos. En 1993 el Ejército de Estados Unidos anunció que el gas pimienta es tóxico a los pulmones y al cerebro, carcinógeno, y posiblemente mortal.

Lo último:

La mayor parte de la investigación y desarrollo de armas no letales en Estados Unidos actualmente toma lugar en los laboratorios federales Lawrence Livermore, Oak Ridge y Los Alamos. Según un informe del Parlamento Europeo, estos laboratorios están desarrollando:

* Generadores de ultrasonido que afectan el oído interno, causando así náusea, desorientación, vómito y hasta defecación involuntaria. Estos sistemas usan dos bocinas, lo que les permite triangular posiciones específicas y dirigir sus ondas a individuos particulares en una multitud.

* Luces parpadeantes que desorientan, Se trata de una lámpara que genera destellos luminosos en un patrón que causa nauseas, mareo y puede inducir al vómito. Lo que sucede entonces es que el individuo terminará por rendirse o podrá ser sometido en el momento de confusión que esta lámpara genera.

* Pistolas que disparan una espuma pegajosa que se expande 30 a 50 veces al secarse, para paralizar personas y dejarlas pegadas al piso.

En el sector privado tenemos a American Technology Corp que, según un reportaje de New Scientist, ha desarrollado un -acoustical heterodyning technology- que dispara ondas de ultrasonido.

Quienes reciban estas ondas oirán mensajes de audio viniendo de la nada. HSV Technologies, otra empresa del sector, está perfeccionando un -stun gun- que dispara un rayo en la frecuencia ultravioleta que puede paralizar una persona a una distancia de 330 pies. El rayo ultravioleta crea un tramo por el cual viaja una carga eléctrica de 100 hertz. Con 25 miliamperes, este rayo puede hacer que los músculos de una persona se contraigan involuntariamente, impidiendo que se mueva.

Quizás no sea letal, pero sí lo es si le suben el poder a 250 miliamperes.

Porra de descarga eléctrica

Este tipo es parecido al que se utiliza para controlar el ganado. Tiene un extremo de metal compuesto por dos electrodos conectados a una batería que incluye el artefacto. En el otro extremo del eje se compone por un mango y un interruptor. En algunos casos este dispositivo se camufla en paraguas, teléfonos móviles e incluso estilográficas. Tienen a veces una opción de arco voltaico visible y ruidoso que se utiliza para advertir al contrario.

Pistolas de agua

El uso de agua a presión para contener a grandes grupos de gente no es nada nuevo, ya que muchos vehículos antidisturbios van equipados con un cañón de agua.

Sin embargo, lo novedoso es equipar a los policías de a pie con un arma capaz de tumbar a una

persona adulta sin provocarle daño alguno.

El invento, de Special Materials Ltd. de San Petersburgo, Rusia, fue presentado en el último simposio europeo sobre armas no letales. Se trata de desarrollar un arma de 1 a 3 Kg de masa capaz de impulsar agua con una energía superior a 100 Julios, que sería capaz de tumbar a una persona a una distancia de unos 5 metros.

Básicamente, se trata de una pistola de agua evolucionada, con la diferencia de que incorpora una corriente eléctrica que ayuda a producir ondas de alta presión. El objetivo es llegar a sustituir a las armas lanzadoras de bolas de goma, ya que el riesgo de producir lesiones es muy inferior, ya que a 4 metros de distancia el área de impacto es de 33 centímetros, minimizando la posibilidad de heridas importantes.

Paintball

Si alguna vez habéis jugado a paintball sabréis que una bola de plástico llena de pintura biodegradable lanzada a alta velocidad por una «marcadora» (que es básicamente un tubo con una botella de gas y un gatillo) es bastante dolorosa.

Sin embargo, en casos en los que haya que contener a una multitud enfurecida o reducir a un sospechoso armado, puede que el riesgo a sufrir algunos moratones no sea suficiente aliciente para no avanzar hacia la policía.

Así que el departamento de investigación de armas no letales de Bradford (en los EEUU, dónde si no), ha pensado en modificar ligeramente el concepto para hacerlo más efectivo.

El principio es simple: cambiar el contenido de las bolas, pintura por… otras cosas. Si te impacta una bola, la idea es que o bien te duela mucho, o no te duela nada.

Se estudia rellenar las bolas con el mismo tipo de componentes que las granadas lacrimógenas, y también con drogas que «calmen» a las masas beligerantes.

El Rayo vomitador

Que a uno le enfoquen con una linterna potente directamente a los ojos no es nada agradable, pero de ahí a que la luz pueda utilizarse como arma incapacitadora, hay un trecho.

Pero aparentemente este trecho no es tan grande, a juzgar por los resultados de Intelligent Optical Systems, una empresa que está desarrollando un arma portátil basada en luz.

Se trata de una especie de linterna con leds hiperbrillantes que van cambiando de color a alta velocidad. De acuerdo con los estudios realizados por Vladimir Rubtsov, investigador principal de la empresa, una combinación de colores y pulsos puede producir desorientación, mareos, y vómitos.

Según Rubtsov, hay una longitud de onda que hace caer a todo el mundo. La llama «el color malvado».

Phasrs

Se trata, sencillamente, de un emisor de haz láser capaz de deslumbrar al objetivo.

La diferencia de cualquier puntero láser que nosotros podamos comprar en una tienda es que es

capaz de determinar la distancia al objetivo y graduar la intensidad de la luz para no causar daños

permanentes en la vista, y que dispone de dos emisores a diferentes frecuencias para evitar que el objetivo pueda filtrar el láser mediante unas gafas polarizadas.

Un emisor láser, por definición, hace que la superficie iluminada a larga distancia sea mínima, por lo que está pensado para apuntar a un par de ojos. Aparte de para deslumbrar a los conductores que se acercan a excesiva velocidad a un punto de control en Irak, no hay demasiadas aplicaciones «obvias».

Sistemas de negación activa

Lo que se esconde tras este nombre (Active Denial Systems) es un arma basada en un emisor de microondas. ¿Y su utilidad? Si hablamos de microondas y hablamos de personas, llegamos a la conclusión es que queremos producir calor.

En este caso, lo que se pretende es hacer que las personas sometidas a este rayo sientan un calor muy intenso… lo suficiente como para hacer que se dispersen y salgan de la zona bañada por esta arma. El problema es que, durante las pruebas, se pidió a los voluntarios que se quitaran todos los objetos metálicos, dado que podrían acumular cargas eléctricas potencialmente peligrosas.

Según los desarrolladores del proyecto, en las últimas tandas de pruebas, ya no se pone ningún tipo de restricciones a los voluntarios.

El prototipo, «Silent Guardian», es un emisor de 2.5 Megavátios capaz de operar hasta a 550 metros de distancia. Un voluntario que se sometió a la prueba describió la sensación como «estar delante de la puerta de un horno muy caliente, demasiado doloroso como para quedarse sin ponerse a cubierto».

Sus detractores arguyen que un arma como esta podría ser fácilmente modificada para transformarla como instrumento de tortura, lo cual incumpliría las convenciones internacionales sobre armamento… aunque viendo lo que se ha hecho con Guantánamo, estas reticencias podrían ser calificadas de hipócritas.

Armas sónicas

Está claro que las armas de fuego hacen ruido, y que si oímos un disparo, seguro que nos ponemos a cubierto, pero el sonido sin bala también tiene mucho que decir a la hora de controlar a las multitudes.


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