Prevención de delitos de Robo y Atraco –Director y Jefe de Seguridad Privada

domingo, 06 junio , 2021


Prevención de delitos de robo y atraco

El robo, el atraco, la estafa y los actos vandálicos son amenazas presentes en el de­sarrollo de la actividad bancaria y que las entidades deben estar preparados para controlar ante su ejecución, como se ha comentado. Estadísticamente, se ha comprobado que el perfil de autor estándar, suele ser el siguiente:

− Suelen ser jóvenes de ambos sexos con edades comprendidas entre los 17 y 35 años.

− Sus miradas gestos y actitudes suelen ser nerviosas, inquietas y penetrantes, muy diferentes a las de otra persona considerada corriente.

− Suelen ir en parejas y en muchas ocasiones emplean un automóvil para su huida.

− Antes de entrar al Banco merodean por los exteriores en coche o a pie observan­do el interior de la oficina.

− Emplean armas blancas o de fuego y suelen utilizar ropas amplias o abultadas, bolsas de deportes, de plástico o macutos para ocultarlas.

− Habitualmente, cuando pretenden acceder al interior de la oficina no muestran sus manos pues necesitan blandir el arma escondida.

− Para no ser registrados por las cámaras de seguridad suelen llevar gorras o es­conden su rostro ante ellas y en otras ocasiones llevan postizos para impedir su identificación.

− No suelen hablar mucho para evitar ser identificados posteriormente.

La entidad bancaria suele distribuir estas advertencias a todo el personal advirtiendo que si se observa alguno de estos rasgos se debe prestar la máxima atención a los movi­mientos que pueda desarrollar y abstenerse de abrir la puerta de la entidad y llamar a la Policía.

En la comunicación establecida con la Policía se deben aportar los máximos datos sobre la descripción de los individuos sospechosos y de los vehículos que se observen con objeto de que puedan ser localizados lo antes posible y seguirse puntualmente las instrucciones que reciba desde emergencias.

Modalidades de robo con fuerza en entidades de crédito

Consideramos en este apartado los robos perpetrados en las oficinas durante el pe­ríodo en que la agencia bancaria permanece cerrada y que habitualmente se producen en horario nocturno, los fines de semana o periodos de puente.

Los sistemas anti-intrusión instalados en las oficinas y la transmisión remota de las alarmas producidas, en ocasiones no alertan de la presencia de intrusos en el interior del establecimiento, así como de determinados ataques contra los elementos de depósito ya que los delincuentes utilizan habitualmente mecanismos de inhibición de los sistemas de comunicación con la Central Receptora de Alarmas.

En el caso de que se haya detectado un intento de intrusión y se haya transmitido a la CRA, esta alertará al responsable de seguridad de la oficina que se personará en esta para comprobar los daños producidos, sin perjuicio de informar a la Policía en el caso de que la alarma sea verificada.

En todo caso, cualquier intrusión, desperfecto o anomalía deberá evidenciarse en la inspección matutina del establecimiento por sus responsables. Los detalles del incidente se deberán comunicar lo antes posible al Departamento de Seguridad de la entidad.

Y, en el caso de que se hubiera consumado la intrusión y el robo sin alertar a la CRA, el responsable de la oficina en cuanto tenga conocimiento de los hechos debe seguir, entre otras, las siguientes instrucciones:

− Comunicar de inmediato el hecho a los responsables del Departamento de Segu­ridad del banco directamente o a través de la Central Receptora de Alarmas.

− Se deberá realizar una inspección visual de la zona afectada y de los posibles daños causados (cámaras acorazadas, cajas fuertes, cajeros automáticos,…).

− Comunicar telefónicamente con la Dirección de la entidad, donde se impartirá el oportuno asesoramiento y apoyo preciso.

− No tocar ni retirar ninguno de los objetos, útiles, armas o herramientas existen­tes en las zonas afectadas ya que pudieran contener o aportar indicios relevantes para la posterior investigación policial.

− Cerrar la oficina al público.

− Avisar a la Policía.

− No informar del suceso a ningún cliente, amigo o familiar sin finalizar la con­clusión de los trabajos realizados por parte de la Policía

− Evitar la presencia en la oficina de periodistas u otras personas ajenas a la orga­nización y que no tengan que aportar ningún testimonio del suceso1.

Actuación ante un atraco

El atraco es un robo con intimidación dirigido generalmente contra un establecimiento perpetrado individualmente o en grupo, en horario de apertura, caracterizado por el empleo de cualquier clase de armas, aunque generalmente ha sido asociado a las armas de fuego.

A continuación se reflejan algunas de las modalidades de atracos empleadas en las entidades bancarias:

El número de atracos a entidades bancarias ha ido disminuyendo a lo largo de los años2, (de los casi doscientos atracos que se perpetraban, por media anual, a finales de la década de los noventa en la Comunidad de Madrid, hasta el centenar de media del pasado año), por lo que la evolución ha ido decreciendo considerablemente.

El motivo de este descenso ha sido, por una parte, la alta especialización de los gru­pos policiales encargados de la investigación de estos delitos, la disminución del consu­mo de sustancias estupefacientes por sus autores, el cierre de entidades bancarias3, y por supuesto, la implantación continua de medidas de seguridad que han ido estableciendo las entidades financieras. No obstante sigue siendo un delito que causa grave alarma social y que pone en peligro la integridad física de las personas.

Como hemos apuntado, el perfil de autor de este tipo de hechos, ha sufrido una modificación en los últimos años, aún siguen existiendo delincuentes consumidores poli­toxicómanos responsables de numerosos atracos a entidades bancarias, pero también hay otros sin antecedentes penales que cometen estos delitos hecho que dificulta especialmen­te su investigación.

Los atracadores, que son fundamentalmente varones, se pueden clasificar en tres grandes grupos o escalones4 atendiendo al grado de profesionalidad, organización y ca­pacitación técnica y táctica:

Un primer nivel, el menos profesional, incluye a jóvenes (habitualmente hombres aunque puede aparecer alguna mujer), iniciados o adictos a sustancias estupefacientes (funda­mentalmente heroína). No atracan sólo entidades bancarias, la consistencia de la banda es escasa. Sus atracos suelen ser muy breves, improvisan, y se puede apreciar gran nervio­sismo en su ejecución.

Un segundo nivel, lo integrarían atracadores reincidentes cuyo medio de vida fue y sigue siendo la comisión de atracos a entidades bancarias. Los autores suelen guardar una estre­cha relación entre sí, en ocasiones de parentesco y son más violentos en las detenciones y en las huidas. Sus atracos están más planificados, se aprecia una distribución de funciones y el líder, que aparecerá siempre en el atraco, normalmente se encarga del dinero y de las armas.

En el tercer nivel, situamos los atracos cometidos por profesionales y miembros de la delincuencia organizada. Los autores suelen ser integrantes de grupos criminales extran­jeros5 o nacionales, que actúan concertadamente, aunque se ha dado el caso de algunos especialistas que trabajan solos. Disfrutan de una buena posición económica, preparan meticulosamente el atraco, y están cualificados para ampliar su campo de acción como hipermercados, grandes joyerías, aviones, trenes correo, furgones blindados, etc.

Respecto al modus operandi, una vez entran en el establecimiento, retienen a todos los empleados y clientes permitiendo deambular únicamente al responsable de la oficina autorizado para desactivar los sistemas de alarma y darles de esta forma acceso al botín.

Utilizan todo tipo de armas y tecnologías, suelen estudiar la entidad, medidas de se­guridad, accesos y vías de escape antes de actuar. Su frecuencia de actuación es más baja que en otros casos y los botines por el contrario suelen ser más elevados dado que se trata de robos planificados en donde se emplean recursos técnicos más sofisticados.

Actuación ante un atraco en una entidad bancaria

Atraco Estándar. Es el tipo de atraco más frecuente, se da entre el horario de apertura y cierre de la oficina al público. Esta es la modalidad básica de atraco y carente de apenas preparación en su comisión denominándose en el argot delincuencial como “mete-saca”, por la rapidez en la que se ejecuta (entrada precipitada, intimidación y salir rápidamente con el dinero).

Las modalidades dentro de esta forma variarán en función de que, se acceda a la enti­dad junto al primer empleado que lo haga a primera hora, durante la jornada, o al finalizar la misma. El modus operandi y el número de autores, marcará las líneas de investigación posterior a seguir.

Atraco a través de “butrón”. Modalidad más compleja y de reciente aparición, que consis­te en iniciarlo mediante el acceso al local con técnicas de robo con fuerza por el procedi­miento del butrón y una vez dentro intimidar al personal cuando llega a la oficina.

Para ello, deben disponer de un local contiguo a la oficina desde donde planean el acceso al banco

Posteriormente, ejecutan un agujero en la pared con herramientas especializadas du­rante horario festivo de la entidad como fines de semana o puentes festivos y una vez conseguido permanecen alerta hasta la llegada del primer empleado en la oficina para evitar ser detectado por las alarmas volumétricas que dispone el banco.

Es en ese momento, una vez el empleado ha desactivado la alarma, cuando entran y encañonan al personal haciéndoles abrir la caja y se apoderan de su contenido.

La pared por la que hacen el butrón suele estar protegida por detectores sísmicos pero como son “acumuladores de golpes” y para evitar que salte la alarma golpean esta de forma controlada y espaciada en el tiempo.

Normalmente realizan el agujero el fin de semana, si ven que al primer golpe no ha caído la pared, vuelven al día siguiente y pegan un segundo golpe con esa finalidad hasta conseguirlo.

Atraco a través de “encalomo”. En ocasiones se ha desarticulado grupos criminales, dedi­cados a la perpetración de atracos por el procedimiento del “encalomo”.

Para ello, el autor o autores, acceden al doble techo de la entidad por la noche, horas antes de la apertura de la misma, donde permanecen agazapados hasta la llegada del pri­mer empleado que desconecta las alarmas accediendo en ese momento al interior desde el escondite y ejecutan el atraco intimidando al personal de la entidad.

Atraco con toma de rehenes. Teniendo en cuenta la forma de producirse la toma de los rehenes, se pueden distinguir dos tipos de atracos:

Atraco con toma de rehenes premeditada, también conocida como atraco a la “canadien­se”. Consiste en la retención de un empleado de la entidad bancaria (el director o apo­derado que dispone de las claves de acceso a la caja fuerte), normalmente en su propio domicilio, obligándole, bajo la intimidación para que coopere con el atraco.

A partir de este punto el hecho puede discurrir por diferentes caminos, en función de la metodología que sigan los autores. En algunos casos el apoderado se dirige, retenido con los atracadores, a la entidad para sustraer el dinero del banco, y en otros casos se le obliga a ir el solo con la misma finalidad, mientras retienen a su familia en su domicilio bajo intimidación.

La perpetración de este tipo de atracos requiere una minuciosa preparación, informa­ción precisa sobre el responsable del banco y un número elevado de participantes en el robo por lo que suelen ser ejecutados por grupos criminales del tercer nivel antes descrito.

Atraco con toma de rehenes ocasional. Se debe contemplar como una eventualidad y ge­neralmente tiene su origen en un atraco tipo estándar antes descrito. Se materializa cuan­do los autores consideran que han sido descubiertos por la Policía, reteniendo al personal de la oficina como escudos humanos para evitar su detención.

Ante la eventualidad de un atraco en una agencia bancaria se deben adoptar las si­guientes medidas de autoprotección y seguridad:

− Dar muestras de serenidad. Se debe procurar mantener la calma y evitar el páni­co al dictado de los atracadores. No conviene apresurarse ni ofrecerse a favore­cer sus ilícitos propósitos.

− Pulsar la alarma silenciosa de atraco solamente si está seguro de no ser obser­vado. Las oficinas bancarias disponen de mecanismos de alarma silenciosa que pueden activar los empleados e involuntariamente los atracadores (pulsadores en puestos de ventanilla, pulsadores de mesa, de teclado y portátiles, activado­res de los dispensadores de efectivo que acumulan errores seguidos, pinza de billetes de cebo en el cajón de trabajo, la puerta del búnquer permanece abierta por más tiempo del permitido, evitar actuar con la llave de inhibición de la alarma del cajero si fuéramos coaccionados para su apertura, activación de la alarma por el teclado del terminal informático, etc.

− Intentar no enfrentarse a los atracadores o frustrar con violencia el asalto.

− No hablar si no es interrogado y no contestar a lo que no le pregunten.

− Mantener una actitud pasiva pero sin oponer resistencia.

− Observar la mayor cantidad de detalles posible. Número de individuos, edades, sexo, raza, nacionalidad, voz, idioma, señas personales (estatura, envergadura, color del pelo, presencia de barba, bigote, gafas, cicatrices, lunares, tatuajes o manchas en la piel), indumentaria, armas utilizadas, nombres o apodos, carac­terística de los vehículos utilizados (matrícula, marca, modelo, color), dirección de la huida.

− Si se ordena entregar el efectivo se debe ofrecer el existente en los cajones de los puestos de ventanilla.

− Se debe procurar no colaborar o facilitar su recogida del dinero entregado.

− Si la situación es propicia y el ambiente no es muy tenso, informar a los delin­cuentes que las alarmas automáticas pueden haberse activado y la Policía puede estar en camino. Cuando la Policía responde a un aviso de alarma de atraco tiene órdenes de no acceder a la oficina, realizando su intervención en el exterior Después del atraco el Departamento de Seguridad suele ordenar una serie de actua­ciones que se deben tener en cuenta siempre, como:

− Prestar ayuda a los heridos o lesionados si los hubiera y atender a las personas que pudieran estar afectadas psicológicamente.

− Pulsar la alarma silenciosa tras la salida de los atracadores si no lo hizo du­rante el atraco y llamar directamente a la Policía facilitando todos los datos disponibles.

− Si los atracadores salen con un rehén, informar inmediatamente a la Policía.

− Anotar todos los detalles y características que haya memorizado, antes de hacer comentarios con otras personas. La Policía requerirá toda esta información para sus investigaciones.

− Informar inmediatamente al Departamento de Seguridad del banco directamen­te o a través de la Central Receptora de Alarmas. Aportar los primeros datos so­bre la situación de todos los empleados y los clientes que estuvieran presentes, importe económico aproximado del robo y el procedimiento utilizado.

− No tocar los objetos, superficies y útiles o armas manipuladas por los atracado­res. Las huellas dactilares se aprecian muy bien en las superficies planas, lisas y pulimentadas.

− Proteger cualquier objeto que pueda servir de prueba hasta la llegada de la Policía.

− La dirección cerrará de inmediato las puertas de calle.

− Se deberá permanecer en el establecimiento, hasta la llegada de la Policía, todos los empleados y testigos o víctimas del robo.

− Se suspenderán las operaciones de la oficina hasta completar el arqueo y deter­minación del importe sustraído y acto seguido se presentará la correspondiente denuncia del robo sufrido en Comisaría.

− Evitar la presencia en la oficina de periodistas u otras personas ajenas a la orga­nización y que no tengan que aportar testimonio del suceso.

− Únicamente deberá declarar ante funcionarios de policía que previamente iden­tificado oficialmente.

− Declarar en Comisaría tan solo sus propias vivencias, remitiéndose al empleado que pueda aportar la información de primera mano.


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