Redacción de Informes Lesiones para Aseguradoras –Detective Privado

domingo, 25 abril , 2021


CONSEJOS PARA LA REDACCIÓN Y RATIFICACIÓN DEL INFORME DE DETECTIVES 

El informe de investigación es, junto con el video editado, el producto final que entrega el detective privado al cliente. A muchos profesionales se les olvida que los detectives privados «vendemos» informes, no horas de trabajo. Aquí van un par de consejos sobre la elaboración y defensa del informe. 

A la hora de elaborar un informe de investigación, más allá de los reglamentos y normas legales que lo regulen en ese momento, es importante tener en cuenta varios aspectos: 

El detective privado debe ser objetivo. Más de una vez los detectives privados pueden recibir presiones para «interpretar la realidad» de lo que han observado. Eso no es solo ilegal y poco ético, sino que repercute negativamente en los intereses del cliente. Un informe poco objetivo muy probablemente no será tenido en cuenta por los tribunales. 

Un detective no interpreta la realidad, la describe. Como personas, los detectives privados estamos acostumbrados a sacar «mini conclusiones», fruto de nuestra experiencia y de nuestro raciocinio, para interpretar la realidad. Como profesionales debemos luchar contra esa tendencia. Os pondré un par de ejemplos clásicos: 

1.- La mujer y «sus hijos». Sabemos que la mujer que vamos a investigar tiene dos hijos y acaba de salir del portal de su casa con dos niños. La tendencia natural es la de escribir en el informe: «La investigada sale del portal de su vivienda acompañada por sus hijos», lo que realmente has visto es que «La investigada sale del portal de su vivienda acompañada por dos menores». 

2.- La llegada a casa. Nuestro investigado vive en el 3º-2ª del nº 7 de la C/. Omnia Veritas, y acaba de entrar en el portal. La tendencia habitual es la de describir la acción como: «Don Fulanito entra en su casa» o «Don Fulanito llega a casa a las 00:00 horas», la realidad de lo que se ha observado es que «Don Fulanito entra en el portal del edificio donde tiene su residencia habitual». 

Lo más sencillo para no tergiversar la realidad es imaginarse un Pepito Grillo en forma de abogado contrario que te hace preguntas como: «¿Cómo sabe usted que el vehículo que conducía es su coche?», «¿En qué se basa usted para afirmar que el perro que paseaba era suyo y no el de la vecina del 4º que tiene una pierna rota?». 

Un detective privado no debe llegar a conclusiones. La función del detective está perfectamente delimitada a «aportar información y pruebas…», las conclusiones las dejamos para los peritos en la materia y, en su momento, para su señoría. No estamos capacitados para afirmar si alguien cojea o no o si padece o no una depresión, por el contrario, sí lo estamos para aportar información, vídeos, etc que permitan al «experto» reevaluar sus afirmaciones si lo cree conveniente, y si no, ya se encargará su señoría de darle a su pericial el peso que se merece. 

¿Quiénes somos nosotros para llevar la contraria a un médico especialista que afirma que el investigado no puede andar? Nosotros somos los que traemos el video en que el investigado anda durante media hora para realizar la compra en el supermercado Maradona más cercano a su casa, pero jamás diremos que puede andar, solo que anda. 

Sobre la ratificación. Gran parte del éxito de la ratificación dependerá de la fase de la redacción del informe. Imprecisiones, opiniones, falta de datos, etc., pueden dar al abogado de la parte contraria munición con la que acabar con el informe. 

La actitud, pose y seguridad en ti mismo pueden dar ese «plus» que a veces hace falta, pero no permitirán convertir una chapuza de investigación o de informe en una maravilla. 

Un último consejo para los detectives recién salidos del horno: no es solo importante redactar bien, sino también acordarse exactamente de lo redactado. Si el informe de investigación es potente, preciso y hay poco o nada por donde «tumbarlo», tenéis un 90% de posibilidades de que el letrado de la parte contraria intente poner en vuestra boca palabras que nunca habéis dicho: 

– «Usted afirma en su informe que mi cliente ha cobrado X, ¿en qué se basa para realizar esta afirmación?» 

– «No, yo he dicho que para la categoría de su cliente y según su convenio se cobra X, no que lo haya cobrado». 

A la segunda o tercera vez que demostréis que sabéis lo que habéis escrito y porqué se acabarán las preguntas. 

Uno de los servicios más solicitadas a los detectives privados es la de constatar, o no, diversos tipos de lesiones para el cobro de indemnizaciones de seguros o particulares. Este artículo pretende aclarar cuáles son nuestras funciones, qué metodología hemos de usar y dar un par de consejos a los que empiezan. 

FUNCIONES DEL DETECTIVE EN LA INVESTIGACIÓN DE LESIONADOS 

Los detectives privados no estamos cualificados para opinar de temas puramente médicos, no debemos intentarlo y tampoco nos hace falta. Nuestra función legal es la de aportar pruebas, tanto de cara a un juez, como muy probablemente, ante un tribunal o perito médico. Nosotros no valoramos ni juzgamos, aportamos datos «extra» para que médicos y tribunales puedan valorar, de una manera más eficaz y justa, el alcance real de la lesión o secuelas del investigado. 

El informe del detective debe evitar, en todo momento, entrar en valoraciones de aspectos que están fuera de su alcance, limitándose a aportar testimonio, datos objetivos, imágenes y vídeos. Valorar temas más allá de nuestro alcance llevará, con toda probabilidad, a la anulación de nuestro informe, con todas las consecuencias que de ello puede derivar para nuestros clientes. 

Entonces, ¿qué debemos reflejar en nuestro informe? A grandes rasgos, el informe escrito debe reflejar datos objetivos, de «física básica» y contrastables, como: 

Duración y distancia recorrida de un paseo Grados de inclinación máxima observados en una articulación 

Amplitud de una zancada 

Grados de torsión de la espalda al meterse en un coche 

Tiempo máximo de permanecer en pie observado 

Peso aproximado cargado (siempre y cuando se observe claramente: garrafa de agua de 10 litros, saco de cemento de x kilos, etc.). 

Velocidad. 

METODOLOGÍA 

1.- Averiguaciones previas. 

Antes de saltar al terreno de juego necesitamos tener unos datos básicos de la lesión a observar. No nos interesa saber cómo se ha producido o el diagnóstico médico de la lesión puesto que poco nos aclararán sobre las limitaciones de nuestro investigado. 

Para mí, la pregunta clave que se debe realizar al cliente es: ¿Qué alega el investigado que no puede hacer? 

En base a esa pregunta, cuya respuesta será objetiva y contrastable, planificaremos nuestra investigación. Un ejemplo típico de respuesta sería: «Fulanito dice que no puede andar más de 5 minutos porque se cansa, no puede cargar peso y necesita una muleta para andar». 

Estos datos, aportados por el contratante, nos permitirán centrar la investigación y saber cuándo es importante o no la conducta que observamos (y por tanto la que grabemos en vídeo o mantengamos en el montaje final). 

2.- Planificación. 

Como dice la estrategia militar, «No hay plan que resista el contacto con el enemigo», por tanto, nuestra planificación debe ser siempre básica y ajustarse constantemente a la realidad, pero las averiguaciones previas deben permitirnos como mínimo elegir en qué franja horaria y qué días debe realizarse la investigación y en qué deberemos centrarla. 

Llevarlo todo muy planificado nos hace sentir a todos muy seguros, sobre todo al principio de nuestra carrera, y nos puede ayudar a tener pensado de antemano cómo reaccionar ante determinadas situaciones, pero ya os lo advierto, las cosas nunca pasan como pensabas que pasarían y siempre ocurren cosas que no tenías previstas. Ahí es cuando tendrás que poner en marcha ese «plan B» del que nada quiere oír tu cliente: «Improvisa con lo que hay». 

3.- Investigación. 

En función de la planificación inicial y del «principio de la realidad», realizaremos nuestra investigación sobre el terreno, prestando especial atención a aquellas conductas observables que contrasten con las limitaciones alegadas por el investigado ante el cliente. 

Tres consejos: 

– Toma nota de manera constante de las horas a las que pasan las cosas, en estos casos es especialmente importante de cara a calcular tiempos y velocidades. También lo puedes hacer grabando «minivídeos», donde queda constancia de la hora, y después pasarlo a limpio en el despacho. 

– En casos en los que se investiga la capacidad de andar, las cojeras, cargar peso, etc., es especialmente importante grabar planos de cuerpo entero. De este modo el médico o tribunal podrán evaluar de manera más sencilla las limitaciones del investigado. De poco sirve «un careto» en primer plano para ver si cojea y, a su vez, un primer plano solo de la pierna tampoco permitirá ver con exactitud todo el movimiento de cadera, la velocidad de desplazamiento o si hay o no gestos de dolor. 

– Los «investigados profesionales» se las saben ya todas, toma precauciones extremas a la hora de seguirlos, y déjalo marchar si te hueles que está haciendo «maniobras» para ver si le siguen, ya le encontrarás más tarde. Si son defraudadores, sobre todo si no es su primera vez, saben que tarde o temprano, seguro, les mandarán un detective a chequear qué hacen. 

Espero que os haya servido de ayuda, al menos para iniciaros en el tema, dejaremos para la próxima entrada la elaboración del informe de investigación y la defensa de este ante los tribunales. 


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