El Plano Medio y Bajas Fingidas –Detective Privado

lunes, 12 abril , 2021


Hoy toca hablar del plano medio o plano de acción. Consiste en encuadrar en la imagen aproximadamente entre el 40% y el 70% del cuerpo del investigado, siguiendo sus movimientos de manera continua durante un cierto periodo de tiempo.

En teoría se graba desde el inicio de la acción que nos interesa hasta que esta finaliza, en la práctica se graba todo lo que se puede y, si hace falta, después se recorta todo lo superfluo.

Con un correcto enfoque, un uso del zoom adecuado y una posición de grabación correcta deberemos ser capaces de captar aquella conducta objeto de interés de manera adecuada para presentarla ante nuestros clientes. Pese a la importancia de identificar al investigado con el plano corto y la de ubicarlo en el espacio con el plano general, el plano medio es el que suele ofrecernos mejores resultados para mostrar nuestro trabajo.

En temas como la captación de imágenes para la reevaluación médica de bajas o lesiones, el plano ideal suele ser de aproximadamente un 120% del cuerpo del investigado, dado que, normalmente, se suele tratar de lumbalgias y problemas en el desplazamiento, la postura corporal total cobra especial importancia.

En casos en que necesitemos tomar imágenes de alguien andando por la calle (supongamos por ejemplo que se trata de una lesión en la pierna izquierda) es más que aconsejable intentar obtener imágenes tanto desde detrás como desde un lado, así el movimiento y sus posibles dificultades quedan captados con todo detalle. Pongamos ahora dos ejemplos de este tipo de plano:

Plano medio #1.

Observamos perfectamente la vestimenta del investigado (ficticio), compuesta por camiseta verde con motivos blancos y parte superior azul oscuro, pantalón tipo bermuda gris oscuro y gafas de sol en la cabeza. Si no estuviese difuminado podríamos observar también su rostro con relativa claridad.

Se advierte que en su mano izquierda porta una botella de agua de ignorado contenido y algún tipo de paquete o bolsa traslúcida mientras que, en la derecha, envuelto en algún tipo de papel, porta lo que parece ser algún tipo de comida.

En esta ocasión, la postura, el gesto y lo que porta en las manos nos hace pensar que el sujeto está merendando mientras pasea por la calle.

Plano medio #2.

En esta ocasión vemos que en el plano hay dos personas que comparten el protagonismo en la imagen. La de la izquierda es una chica de pelo largo, ondulado y pelirrojo, que viste camiseta de tirantes azul marino y pantalón tejano, mientras que la de la derecha de la imagen lleva el pelo más corto, recogido en un moño, de color entre pelirrojo y castaño y porta un vestido de fondo blanco y motivos color pastel amarillos, verdes y azules. Entre ambas protagonistas se encuentra una bolsa blanca de tamaño medio y de ignorado contenido.

La distancia entre ambas y su postura corporal nos hace pensar que ambas personas se conocen de antemano y que se encuentran descansando juntas en un banco frente al mar.

Como hemos visto en las anteriores imágenes, la acción queda reflejada en la toma (mucho más en un vídeo por supuesto) e incluso podemos reconocer las caras si estas se encuentran perfectamente enfocadas.

Hay que destacar también que ambas tomas no nos indican nada sobre la localización de la acción en concreto, pudiendo habido sido tomada la imagen 1 en cualquier calle de España y la imagen 2 en cualquier banco frente al mar.

Esperamos, de nuevo, haber sido útiles para vosotros y os invitamos a leer la próxima entrada que tratará del plano corto o primer plano.

Hoy vamos a referirnos a la investigación de bajas fingidas por parte de detectives privados fuera del ámbito de los accidentes laborales, prestando especial atención a aquellos casos en que desconocemos la causa por la que al trabajador se le ha concedido la incapacidad transitoria o «baja».

Antes de entrar al trapo en el tema es conveniente que aclaremos un par de cuestiones básicas:

1.- ¿Por qué los empresarios contratan detectives para investigar bajas fingidas?

Hay varios motivos principales que acostumbran a darse todos a la vez:

– Por un motivo económico. Al empresario tener un trabajador de baja le cuesta dinero, mucho dinero, variando según la duración de la baja. Sobre todo, en estos tiempos, no son pocas las empresas pequeñas que pueden acabar en número rojos debido a un porcentaje elevado de trabajadores de baja. Contratar un detective para intentar solventar esta situación puede ser una cuestión de supervivencia.

– El efecto sobre el resto de los trabajadores. El efecto que produce tener en una plantilla a uno o varios trabajadores de baja, cobrando prácticamente lo mismo que sus compañeros, sin tener que pegar un palo al agua y sabiendo sus compañeros que no tienen motivos es desastroso para la motivación del grupo. Las bajas fingidas pueden ser una «plaga» si no se acotan a tiempo, que puede disminuir de manera notable la productividad de la empresa.

2.- ¿Qué lleva a los trabajadores a fingir bajas?

– Un estilo de vida. No os encontraréis con pocos casos en los que «fingir bajas», fingir accidentes de tráfico (normalmente atropellos) o en el interior de grandes superficies (resbalón en el supermercado) para cobrar del seguro, etc., son un modo «profesional» de ganarse la vida.

Seamos realistas, en España esto es un chollo. Las consecuencias de «vivir del cuento» son, en la práctica, nulas. El estafado acostumbra a conformarse con quitarse el muerto de encima, pagar lo menos posible y a otra cosa, por lo que el estafador, cuando le sale bien gana, y cuando le sale mal no pierde. Es lo que hay.

– Atender un negocio propio o familiar. Cuando en la familia hay un negocio propio y se acercan puntas de trabajo elevado, misteriosamente empiezan a aparecer bajas sospechosas.

– El «justiciero enmascarado». Aquel trabajador que cree que se ha cometido una injusticia contra él por parte de la empresa y decide «hacérselo pagar» dándose de baja con cualquier historia. A veces busca el despido de manera descarada y otras, simplemente, vivir del cuento hasta la jubilación.

-El que quiere abandonar la empresa cobrando. Busca indemnizaciones cuando el que quiere abandonar el puesto de trabajo es él y piensa que «lo justo» es que le paguen por irse.

A modo de resumen diremos que lo que lleva a algunos trabajadores a simular enfermedades para conseguir bajas es la impunidad. Si sale mal, no pasa nada.

3.- ¿Cómo puede resultar tan fácil simular una baja?, ¿los médicos no se enteran?

Ante todo, demos por supuesto que todos los médicos son honrados y no se dejan influenciar por sentimentalismos o ideas políticas a la hora de conceder o no incapacidades transitorias. ¿Cuáles son los motivos entonces por los que se les puede engañar?

– Los límites de la ciencia médica. La gran mayoría de las pruebas médicas sirven para constatar o buscar causas, no para descartar. Un médico, con una radiografía o prueba médica similar, puede confirmar una causa de un dolor, pero no descartar que ese dolor o lesión exista en base a que «no ve nada».

– El peso de la entrevista. Gran parte de la información que el médico recibe para diagnosticar al paciente proviene de la boca del propio paciente, y el profesional de la salud no tiene la posibilidad de contrastar esa información.

– El «menú del fraude». La gran mayoría de defraudadores suelen elegir como causa de sus bajas los siguientes males:

— Dolor de espalda. Algunos aún no lo sabéis (qué suerte), pero a partir de los 30 años a todos nos duele la espalda. Más arriba o más abajo, por tener un trabajo donde estás mucho tiempo sentado o por tenerlo donde estás mucho tiempo de pie. Si tienes 20 kilos de sobrepeso y te dedicas a vender en una tienda 8 horas de pie, ¿qué médico se atreverá a decirte que no te duele la espalda?

— Depresión. En estos temas es echarle cuento. Ir a la consulta del médico habiendo dormido poco o habiéndote tomado medicación para la depresión y a llorar y contar calamidades. Si la supuesta causa de tu depresión es la «enorme presión a la que te someten en la empresa» ya sale bordado.

— Otros: dolor de articulaciones, ansiedad, migraña, etc. Se usan menos, pero se usan. En general los eligen quienes han tenido una lesión o experiencia previa que les permite exagerar sabiendo cómo se sentían.

4.- Vale, pero ¿cómo se investigan las bajas si desconocemos la causa?

– Recabar información. Bien sea lo que haya comentado al entregar el parte en la empresa, a sus compañeros o lo que haya publicado en redes sociales le primer paso que debe dar un detective privado es el de recabar cuanta más información se pueda. Nos puede servir para orientarnos, pero cuidado, a veces dicen estar de baja por X y no es así.

– Descartar otra actividad laboral. Es el primer punto que debemos investigar de manera seria y la mejor y más eficaz manera de pillarles. No lo descartéis nunca de antemano, aunque el cliente os diga que «no pega ni golpe».

Si «cazáis» al empleado de baja trabajando en otro lado se acaba el juego. Sólo un error en la carta de despido o un fallo en vuestro informe de investigación puede salvarle del despido procedente.

– Nivel de actividad. El empleado de baja tiene la obligación de hacer todo lo posible para recuperarse. En esta fase de la investigación hay que ser muy exacto y tomar nota e imágenes de todo, puesto que, al no saber la causa de la baja, no se puede diferenciar de antemano qué es o no importante.

Hay que fijarse especialmente en las actividades que puedan ser similares a lo que realiza en su trabajo. Por ejemplo, si es vendedora de una tienda el tiempo que pasa andando sin apoyarse, si es reponedor cómo realiza la compra y la sube a casa.

No os engañéis ni engañéis a vuestros clientes, el resultado de este tipo de investigación (excepto si lo cazáis trabajando) no está garantizado y depende, de manera muy importante, de tener un poco de suerte y de su falta de habilidad.

– Para la depresión, cubata de ron. Este pareado hace referencia a que para investigar a alguien de baja por depresión hay que centrarse, sobre todo, en el consumo de alcohol. Los deprimidos pueden salir a pasear, ir al cine, salir de parranda,

viajar, etc., es más, todo esto es lo que les recomiendan hacer para recuperarse, parte de su terapia. A nivel de actividades no encontraréis nada que sirva para descartar la depresión de una manera absoluta.

El punto débil de fingir una depresión es la medicación y sus efectos secundarios. Ansiolíticos y antidepresivos no pueden mezclarse con alcohol, por lo que consumir alcohol durante una baja por depresión significa que, o no están tomando la medicación o están llevando a cabo conductas de riesgo cuyos efectos deberían ser visibles, en cualquier caso, no están poniendo en práctica su obligación de hacer lo posible para recuperarse cuanto antes.

Otras conductas a reflejar en el informe cuando se trate de una posible depresión serían: conducir y estar a cargo de menores. Actividades desaconsejables, una por ser incompatible con casi todas las medicaciones y la otra porque demuestra que la persona, o su círculo familiar, la considera capaz de cuidar no solo de sí misma sino también de otros.

En resumen, la función principal del detective privado en la investigación de bajas fingidas es la de recabar datos y pruebas para que el profesional de la salud tenga más información para reevaluar la situación real del investigado, no teniendo como fuente única de información lo que el investigado le trasmita.


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