Los discos duros de algunos portátiles dejan de funcionar si se reproduce música de Janet Jackson, otras Leyendas y efecto 2038

martes,23 agosto, 2022

No, no es el día de los Inocentes: lo publicó un ingeniero de software de Microsoft y tiene que ver con la frecuencia del sonido

Leyendas urbanas hay muchas, como la del efecto 2000 y sus consecuencias o la impotencia provocada por los teléfonos móviles. Pero ahora ha surgido una noticia que tiene todo para convertirse en una leyenda urbana. Aunque es cierta: algunos discos duros de ordenadores portátiles fallan si se reproduce un tema de Janet Jakcson, en concreto “Rhythm Nation”.

Lo extraño es que la canción no solo afecta al ordenador que la está reproduciendo, también puede provocar fallos en otros cercanos. Según ha descubierto Raymond Chen, ingeniero de software de Microsoft, esto se debe a que la canción de la hermana de Michael Jackson usa las mismas frecuencias que los discos duros.

De acuerdo con un análisis publicado en el blog de Microsoft por el propio Chen “el video musical bloqueó algunos portátiles y luego descubrieron algo extremadamente extraño: reproducir el video musical en un ordenador portátil provocó que otro que estaba cerca se bloqueara, ¡aunque el segundo no estaba reproduciendo el video! ¿Qué ocurre? Parece ser que la canción contenía una de las frecuencias resonantes naturales para el modelo de discos duros portátiles de 5400 rpm”. De acuerdo con los resultados preliminares este fallo afecta a portátiles de 2005, lo que hace que, 17 años después, sea muy difícil encontrar algún portátil con estos discos duros.

Pese a ello se ha resuelto el problema agregando un filtro personalizado a la línea de audio. De este modo, si el ordenador reproduce o está cerca de otro que reproduzca la canción, no resultaría afectado.

Otras Leyendas Urbanas

En las alcantarillas de Barcelona no hay cocodrilos como en Nueva York, pero con 3.000 años de historia le gana en fantasmas y mitos

A Truman Capote le gustaba explicar, y aseguraba que era cierta, la historia del perro del ático. La protagonizaba un chico que había logrado quedar con una modelo que vivía en el edificio Dakota de Nueva York y tenía un gran danés. Contaba que cuando el joven llegó a la cita abrió la puerta la doncella y le hizo pasar a un salón, pues la chica se estaba acabando de arreglar. El salón tenía unas puertas abiertas que daban a una amplia terraza. Mientras el muchacho esperaba, se le acercó un perro, el gran danés, con una pelota en la boca. Quería jugar. El joven se animó a lanzarle la pelota una vez y otra, pero una de las veces la tiró con tan mala pata que rebotó en la pared, salió por la ventana y el perro fue detrás de ella. El gran danés acabó en el patio igual que John Lennon.

«El perro del ático» es una de las historias que el folklorista Jan Harold Brunvand recoge en su primera antología de leyendas urbanas. Una historia que el novelista australiano, Summer Locke Elliot, asegura que presenció y sobre la que Barcelona también tiene una versión. La leyenda local se remonta a hace más de quince años, la protagonizan dos importantes editores de la ciudad y en vez de una pelota, el perro, un terrier blanco, sale detrás de una croqueta y acaba defenestrado en la calle Doctor Fleming.

En mitos y leyendas, Barcelona gana a Nueva York. En su alcantarillado no vivirán cocodrilos, pero con al menos 3.000 años de antigüedad, según los restos humanos de un enterramiento que se han encontrado en la calle Copérnico con Muntaner, y la Edad Media de por medio, tiene historias fabulosas por doquier.

Por ejemplo, la que habla de su fundación. A Barcelona no le bastaba con decir que hasta la llegada de los romanos en el siglo I a. C. estaba integrada en el mundo íbero, cuya civilización era una mezcla de cultura indígena y de las aportaciones de fenicios y colonizadores griegos instalados en Empúries, como cuentan Enric Calpena o Jaume Sobrequés en sus respectivos libros sobre la historia de la ciudad. Le gusta más explicar, como cuenta la lápida que desde 1550 adorna la fachada del Ayuntamiento, que fue fundada por Hércules, hijo de Zeus. La historia de Barcelona sería una secuela del mito de Jason y los argonautas que el Consell de Cent reescribió en el siglo XVI para difundir una imagen mítica de la ciudad. La leyenda cuenta que «Jason encargó a Hércules que buscara el noveno navío naufragado (en latín barca nona) de su tripulación. Éste lo encontró junto a la colina de Montjuic, un lugar que a sus marineros les gustó tanto que con la ayuda de Hércules fundaron Barca Nona».

Jesús en el Tibidabo

Los historiadores medievales fueron un filón para alimentar la Barcelona legendaria. Los monjes jerónimos del monasterio fundado en la falda de la montaña del Tibidabo en el siglo XIV hicieron llegar a la ciudad al mismísimo Jesucristo. Cuenta la historia que el demonio desde la cima del Tibidabo le dijo: «Si te arrodillas y me adoras, todo esto te daré». De ahí el nombre de Tibidabo, en latín «te daré».

También se pasó por la ciudad Sant Jordi, que hasta convertirse en patrón de Cataluña, ayuda a Borrell II a expulsar a los sarracenos y casi 300 años más tarde a Jaume I el Conquistador.

Puede que el patrón de Cataluña sea héroe en muchos lares, pero en Barcelona, Satanás protagoniza más historias que Sant Jordi. Por ejemplo, en la Iglesia del Pi. El escalón número cien que sube al campanario tenía grabado un diablo danzando. Años ha, había una maldición que impedía a los maestros de obra acabar sus proyectos. El que construía el campanario de la Iglesia del Pi pactó con el demonio que le entregaría su alma al llegar al escalón número cien. Pero solo construyó 99, dejó la obra a medias y llegó a viejo. Su sucesor, que conocía la historia, grabó la imagen de un diablo bailando en el escalón cien y siguió adelante con la construcción. A Satanás no le hizo gracia y se vengó. Cuando acabó la obra, el maestro y los obreros subieron al campanar para una última inspección. Por obra del diablo, al maestro le entró vértigo y como la tradición decía que si los maestros sufrían «mal de altura», el edificio amenazaba ruina, los obreros, para no dar pie a rumores, lo tiraron del campanario.

En la Barcelona legendaria también hay brujas. Las que bailaban formando un círculo en la plaza de Sant Ramon del Call habrían dado origen a las sardanas. Para brujas y malos espíritus con ADN catalán, los que recoge el libro «Les bruixes es pentinen», como dice la canción, o los que quedaron petrificados en la calle del Bisbe de Barcelona por burlarse del Santísimo Sacramento que salía durante la procesión del Corpus Christi. Pese a que el puente del Bisbe es de estilo neogótico y fue construido en 1928, también tiene su leyenda. Ojo con mirar la calavera, que da mala suerte.

Hay diablos de piedra y otros de carne y hueso, como la Vampira de la calle Ponent, Enriqueta Martí Ripollés, que sembró el pánico en la Barcelona de 1912. Fue acusada de secuestrar, prostituir y asesinar niños para extraerles la sangre, grasas y el tuétano de los huesos para elaborar pócimas que vendía a clientes con dinero. Murió en la cárcel apaleada. No hay que remontarse a siglos atrás para encontrar a seres diabólicos. Los bomberos que hallaron los cuerpos de las dos jóvenes policías asesinadas en L’Hospitalet en 2004, calificaron de «espectáculo dantesco» el escenario que dejó tras de sí el autor del doble crimen, Pedro Jiménez, condenado a 83 años de prisión.

Hay leyendas que requieren fe, como la historia de Santa Eulàlia, patrona de la ciudad, que sufrió trece tormentos, a cual más escabroso. Otras, documentadas, como la quinta forca, que el periodista Josep Maria Huertas Claveria recoge en su libro «Mitos y Gente de Barcelona» (Edicios 62) recuerda una imagen macabra de hace dos siglos, cuando en los cuatros principales caminos que llegaban a la ciudad había cuatro horcas donde colgaban a los condenados a muerte. Se construyó una quinta, más lejos, en el Turó de la Trinitat, de ahí la expresión «está en la quinta forca». En los libros de historia también se pueden leer relatos estremecedores como el de la cabeza del general Moragas, que colgó durante doce años de una jaula para recordar a los catalanes la derrota ante las tropas de Felipe V.

Barcelona también tiene un fantasma que hace autostop en la carretera de La Rabassada y cuentan que la actriz Margarita Xirgu se pasea por el Teatro Romea. Aunque ahora las historias más increíbles se cuecen en tu móvil.

Tras el ‘Efecto 2000’ llega el ‘Efecto 2038’: ¿otro apocalipsis a la vista?

La amenaza de un colapso tecnológico a nivel mundial generó, hace dos décadas, una histeria colectiva ante lo que ocurriría el 1 de enero del nuevo milenio

Hace dos década, comenzó a hablarse tímidamente del llamado Efecto 2000. Al principio, casi nadie le prestó especial atención. Sin embargo, poco a poco, la amenaza de un colapso tecnológico a nivel mundial generó una histeria colectiva ante lo que ocurriría el 1 de enero del nuevo milenio. Según las estimaciones, ese día los sistemas informáticos pasarían al 1 de enero de 1900 debido a que muchos sistemas codificaban el año en dos dígitos. Este Error del milenio se frenó gracias a algunos miles de millones de euros y ejemplifica bastante bien lo que podría ocurrir también en 2038.


Muchos dispositivos, al llegar el martes 19 de enero de 2038, pensarán que estamos en el 13 de diciembre de 1901

Qué produce el Efecto 2038? Hay que destacar que el principal riesgo que presentan este tipo de fallos es que afectan a la codificación del tiempo en los sistemas de 32 bits, basados en un número entero y una cifra. De tal modo que, en un determinado momento, ese contador llegará al número máximo que es capaz de almacenar en positivo y, a partir de ahí, comenzará a contar en negativo.

De esta forma, muchos dispositivos, al llegar el martes 19 de enero de 2038, pensarán que estamos en el 13 de diciembre de 1901. Concretamente el error se producirá al pasar 7 segundos sobre las 00:14 horas. ¿Por qué? Porque el reloj que tienen muchos equipos están basados en lo contadores Posix que tienen como fecha máxima la ya citada y la confundirán con la del 13 de diciembre de 1901. Básicamente, porque su combinación binaria es la misma. En el siguiente gif se puede ver claramente.

Efecto 2038
Efecto 2038 FOTO: GIF ARCHIVO

En cuanto a los dispositivos que ser verían afectados, se encuentran aquellos que cuentan con un software de 32 bits y que esté basado en Unix, lo que implica que estarán afectados Linux, Android y iOS.

La clave está, por tanto, en usar un software de 32 bits, por lo que sustituyéndolo por uno de 64 bits se solucionaría el problema. Algo que, para 2038, se espera que sea algo generalizado.


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